Estancia maravillosa con una atención exquisita. Víctor, el propietario, súper amable cuidando cada detalle y explicándonos todo. La habitación y la terraza preciosas e ideales para estar tranquilas. Destacar el desayuno, simplemente espectacular, con su zumo de naranja natural, yogur artesano con bowl de frutas y tostadas y bollería de panadería tradicional. Ubicación ideal además para rutas de ciclismo.

Un hotel excepcional. La atención y el trato ,por parte de los propietarios, magnífica, muy próxima y familiar. Desayuno excelente. Un acierto haberlo elegido y. tras la experiencia, si volvemos por Jaca, repetiremos. sin duda

Excelente en todo!!!!! Nos alojamos en la habitación familiar , super limpia, camas muy cómodas tanto en la habitación de las niñas como en la nuestra, decoración muy bonita, trato por parte de Belén y Víctor espectacular , de verdad están atentos a todo detalle y en lo que puedan ayudarte no lo dudan . El sitio es muy tranquilo y está cerca de todo , un paseo de 8 o 10 minutos y estás en el centro de Jaca. De verdad que si volvemos a tener la oportunidad de ir a Jaca no dudaremos en volver al hotel.

Fui para correr la Quebrantahuesos, Trato inmejorable por parte de todo el equipo Víctor siempre dispuesto a ayudar con el equipaje , la bici etc . Desayuno preparado al momento y con detalle , especialmente el día de la prueba que desayunamos a las 5 de la mañana , nos ofrecían pasta , huevos revueltos hechos al momento, un lujo . Ubicación perfecta .

La verdad es que tengo tantas cosas buenas que decir de Pura Vida Pirineos que no sé ni por dónde empezar. He estado con mi pareja durante este puente y, sinceramente, nos dio muchísima pena irnos. Con respecto al hotel en sí, está localizado en una zona residencial muy tranquila a menos de 10 minutos caminando del centro, lo cual facilita mucho las cosas al hacer planes. Lo primero a destacar es que, nada más llegar, Víctor (uno de los dos anfitriones) nos recibió con una calidez que hoy en día es complicada de encontrar en este mundo lleno de pisos turísticos y hoteles sin alma. Esto, junto a la decoración de la entrada del hotel y el silencio que había en todo el recinto, te hacía sentir como si estuvieras en casa desde el primer momento. Y es que, sin exagerar, así fue durante las tres noches que pasamos. La habitación en la que nos alojamos era pequeña pero completamente funcional, más que suficiente para nosotros dos. El único "pero" que le podíamos poner es que los enchufes a veces no funcionaban correctamente, pero es una nimiedad: la cama era muy cómoda, teníamos espacio de sobra para poner nuestra ropa y nuestras cosas, y el baño también correcto. Otra cosa que se nos ofreció fue un desayuno las tres mañanas que estaba hecho con mucho mimo y que era genial para empezar el día: zumo de naranja recién exprimido, tostadas con embutido o mermelada y pastas recién hechas. Esta vez, fue Belén (igual de atenta que Víctor) quien nos lo explicó la primera mañana y nos encantó, tanto que repetimos las otras dos mañanas. Hemos disfrutado tantísimo tanto de Jaca como de la estancia que tanto mi pareja como yo tenemos pensado, en un futuro no demasiado lejano, volver a hospedarnos allí. Belén y Víctor son unas bellísimas personas y auténticos profesionales que te recibirán con los brazos abiertos no solamente cuando llegas por primera vez, sino cada vez que sales y entras al hotel. Deseo que todo les vaya genial porque el trabajo que hacen es maravilloso.