La cueva, que está situada entre las ciudades de Pau y Lourdes, os impresionará con sus estalactitas, estalagmitas, cortinas, bordados de piedra y otras muchas más formaciones que podréis descubrir en los diferentes niveles de esta gruta. La cavidad consta de cinco plantas en las que ver impresionantes formaciones geológicas en diferentes etapas de su lento crecimiento.

Las cuevas fueron descubiertas en el año 1810, pero hasta casi un siglo después no se habilitaron para su visita al público. Hoy, siguen siendo uno de los grandes atractivos de los Pirineos Atlánticos, una aventura muy cercana al valle de Tena que bien merece una visita este verano durante tus vacaciones en el Pirineo aragonés. Las cuevas, además, son accesibles para personas con movilidad reducida.

El viaje es de tan solo hora y media desde Formigal, cruzando por el paso fronterizo del Portalet y camino de Lourdes, muy conocida por su santuario. Y con Viajes Aramón puedes reservar tu entrada a las cuevas al mismo tiempo que gestionas tu alojamiento en el valle.

Desde el aparcamiento, cogeremos el bus que nos llevará hasta la entrada natural de las grutas. El primer tramo de recorrido por el interior se realiza a pie, es la parte superior de las grutas. Una vez terminado este, se conecta con el piso inferior, donde podemos ser testigos del trabajo del agua, recorriendo este tramo en un pequeño barco que nos conectará con la última parte del recorrido de la gruta, que se hace en un pequeño tren.